Ambos conceptos van unidos: no hay sinergia sin riesgo ni riesgo sin sinergia. A medida que acumulamos energía y procuramos guardarla para ser utilizada en el momento oportuno descubrimos que hordas de bandidos salteadores de energía ajena se ponen en marcha para depredarla. Sin embargo, la masa formada por la actividad alcanza su punto crítico cuando los mendicantes del conocimiento y la creatividad se hallan próximos y la sinergia golpea en el centro neurálgico de sus configuraciones y los aniquila. Está ocurriendo en este mismo momento: los desgraciados depredadores lloran sus pérdidas y se lamentan por el tiempo malgastado. Patéticos comedores de carroña, incapaces de aceptar el logro ajeno. Por fortuna el proceso no es controlable. La sinergia resultante podría servir para causarles un daño irreversible. No es la intención. El sol brilla y la energía bulle en la yema de mis dedos.
Sergio Gaut vel Hartman - 190605
domingo, junio 19, 2005
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